La bechamel o salsa blanca es una salsa utilizada sobre todo para gratinados, platos de pasta como lasaña o canelones, de base para hacer croquetas, etc.
No se sabe muy bien si su origen es italiano o francés.
Se elabora añadiendo leche a la harina tostada en mantequilla; aunque también, como en este caso, puede hacerse sobre aceite de oliva.
Vamos a hacer hoy una bechamel para añadir posteriormente a unos canelones muy especiales cuya receta os pondré en breve. Si quisiéramos hacerla para croquetas le daríamos más espesor, por lo que añadiríamos más harina o menos leche. Según la consistencia deseada jugaremos con las cantidades.
Suelo hacerla siempre "a ojo", pero hoy voy a poneros unas medidas para que tengáis una base. A partir de ahí podréis jugar con las cantidades según queráis más o menos cantidad o más o menos espesor.
Ingredientes:
- 4 cucharadas de aceite de oliva (o 3 de mantequilla).
- 50 grs. de harina.
- 500 ml. de leche.
- Sal.
- Nuez moscada.
En una sartén ponemos el aceite a calentar, cuando esté bien caliente añadimos la harina y damos vueltas hasta que esté algo tostada sin llegar a quemarse (para así evitar que sepa la salsa a harina cruda).
Ahora vamos añadiendo poco a poco la leche sin parar de remover con unas varillas deshaciendo grumos. Iremos añadiendo leche según se vaya absorbiendo.
Una vez lista y antes de apagar el fuego le añadimos una pizca de sal y nuez moscada al gusto.
En caso de que nos queden grumos podremos utilizar la batidora sin problema.
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